El deporte para niños con diversidad funcional: terapia y diversión
Es importante fomentar el deporte para los niños con diversidad funcional porque es la mejor manera de promover, en un futuro y ya como adultos, un estilo de vida saludable. Pero el deporte no solo contribuye a evitar el sedentarismo y las complicaciones que este puede conllevar, es también una forma de hacer amigos y sobre todo de divertirse.
Estudios diversos y recientes concluyen que es importante para los niños con diversidad funcional practicar algún deporte adaptado con el objetivo de fomentar una vida saludable. Está probado que las personas que en su infancia hacían algún tipo de actividad deportiva, tienen en la vida adulta menos riesgos de padecer enfermedades como la diabetes o la obesidad. Además, practican hábitos saludables como una dieta equilibrada, un descanso adecuado y no fumar.
El deporte para niños con diversidad funcional cumple también un objetivo fundamental: el fomento de la inclusión
Por suerte cada vez menos, los niños con diversidad funcional se ven condicionados a la hora de llevar a cabo actividades y rutinas propias de su edad. Para evitar esto es necesario fortalecerlos tanto física como psicológicamente, de manera que enfrenten los retos del día a día sin problema. Practicar deporte adaptado es una forma de entrenar cuerpo y mente para estar sano y fuerte.
El deporte conlleva la fijación de unas metas, la consecución de unos objetivos. Sin el desafío de superar y vencer las barreras que impiden lograr alcanzar esa meta, la práctica del deporte adaptado pierde uno de sus principales beneficios: la motivación de superarse. El deporte para niños con diversidad funcional no es una excepción. El sentimiento de competencia, aunque sea con uno mismo en el caso del deporte individual, es un aliciente para llegar más lejos, para ser más ágil, más rápido, más fuerte. Y prepara frente a las derrotas que sin duda habrá que afrontar.
Pero si todo lo dicho es importante, la cualidad fundamental que hay que buscar en el deporte para niños con diversidad funcional es la diversión. No olvidemos que divertirse en también una forma de terapia que previene de trastornos tales como la depresión y la ansiedad.
Los niños, con y sin diversidad funcional, pueden y deben divertirse
Deben disfrutar de la práctica del deporte adaptado porque esto conlleva el fomento de emociones positivas tan fundamentales como la alegría, la satisfacción personal y la autoestima. Para ello la disciplina elegida debe ser de su gusto y que la puedan practicar con libertad.
Y no hay diversión sin amigos. Practicar un deporte para niños con diversidad funcional supone también relacionarse con los demás, aprender a respetar y a respetarse. Supone aprender lo que significa la deportividad, el compañerismo y el formar parte de un equipo. Todo ello contribuye a favorecer el sentimiento de pertenencia, de igualdad y por tanto a percibir que es una persona de pleno derecho.
Son muchos lo deportes adaptados que puede practicar un niño con diversidad funcional. El último en sumarse a esta gran familia es el A-ball, Fútbol en silla. Un deporte que viene a satisfacer los deseos de los chavales con problemas de movilidad aficionados al fútbol y que a partir de ahora podrán practicar su deporte favorito.
En AFAE como responsables de dar a conocer y fomentar la práctica del A-ball, Fútbol en silla, uno de nuestros objetivos es crear una escuela para chavales con problemas de movilidad aficionados al fútbol. Componer equipos, que aprendan a manejar el dispositivo Éoos, que permite el control del balón y que jueguen y disfruten de la sensación de sentirse futbolistas.